Desde siempre el local de Grassy en Gran Vía 1 ha sido solicitado por directores de cine y en él se han rodado numerosas escenas de películas.

Esta vez Grassy encarga un corto de ficción a Adrian Cores del Río, director de fotografía. Se trata de ensalzar el Museo del Reloj Antiguo, de poner en valor las cualidades cinematográficas de los espacios habitados por los increíbles guardatiempos.

Adrián piensa en un corto con textura cinematográfica, rodado en 35 milímetros, a la antigua y con las ópticas de cuando se rodaba así... Imposible mejorar la calidad.

Se trata de reflejar un lugar mágico en el centro de una gran ciudad. Los guionistas, Adrian Cores, Aia Kruse y Max Medrano, piensan en Alicia en el País de las Maravillas.

Alice, una joven francesa recién llegada a Madrid, acompaña a su apresurada tía Anne a la joyería Grassy; mientras esta se entretiene en la tienda, Alice baja a visitar el Museo. Y allí es donde el tiempo se detiene, cuando Patricia, que aparece y desaparece como el gato del cuento, explica a Alice las particularidades de algunos relojes. Alice queda atrapada fuera del tiempo, hasta que Anne, siempre con prisa, como el conejo de la historia, saca a la protagonista del embrujo para seguir rumbo por las calles de la ciudad.

La ciudad es Madrid, el lugar el Museo del Reloj Antiguo de Grassy, las protagonistas, dos francesas, pero el tiempo y la relojería, su forma de medirlo, son universales. Y el resultado un corto sobre el tiempo detenido mientras que las agujas de un montón de relojes continúan marcando su paso inexorable.